8 de febrero de 2011

Y de repente el tiempo

De repente el tiempo se paro y todo termino por desaparecer. No quedaba nada, solo ellos dos. Ya no habían discusiones, ni llantos, ni reproches. Ya no volaban los trastos por la casa, ni se oían voces desde la esquina. Ya no. Ahora no. Pero tampoco quedaban sonrisas, ni besos de buenos días. Ni siquiera habían ya, buenas noches. Ya no se sentía en ningún rincón de la casa ni siquiera un segundito de alegría. Ya por no haber, no había ni amor. Todo terminó por desaparecer. No quedaba nada, solo ellos dos.

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